La vida no es lo que pasa.
Es cómo respondemos a lo que pasa.
Está hecha de frustraciones que llegan sin pedir permiso, de planes que no salen, de esperas largas en pasillos fríos, de noticias que caen como ladrillos en el pecho.
Y ahí uno decide: o se quiebra… o aprende a doblarse sin romperse.
Pero también está hecha de momentos absurdamente mágicos:
un abrazo sin explicación,
una carcajada en medio del cansancio,
un "te quiero" que no esperábamos.
un abrazo sin explicación,
una carcajada en medio del cansancio,
un "te quiero" que no esperábamos.
Y ahí también uno elige: o los ignora… o los atesora como se guardan las cosas que salvan.
La vida, en realidad, no es otra cosa que una coreografía entre lo que ocurre y cómo nos paramos frente a eso.
Es una eterna adaptación,
un baile imperfecto entre el golpe y el respiro.
un baile imperfecto entre el golpe y el respiro.
Y cada quien decide si baila con rabia… o con esperanza...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario