Las palabras son ligeras, se las lleva el viento,
las palabras son punzantes como afiladas dagas que hieren hasta el corazón,
las palabras son inútiles, en ocasiones el mayor consuelo.
Las palabras quedan en la mente o fácilmente se olvidan.
Hay palabras cortas que atan de por vida, a veces nos faltan palabras, otras lo que sobran son las palabras. Difícil tener la palabra precisa en el momento preciso, a veces lo que menos se precisa son las palabras.
Las palabras pueden ser redes que nos impiden avanzar, otras en cambio aliento para seguir adelante.
Cuando das tu palabra, ¿qué palabra es la que das?
¡Habrá ocasiones en que no sea necesario decir ni media palabra y el silencio resulte ser el mejor diálogo!
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