Si lo anheláramos de tal forma que no nos importara su costo, con solo pensar en las bondades que nos ofrece y en ostentarnos como propietarios de lo más novedoso en tecnología...
Si el esfuerzo que hacemos por desarrollar nuestros músculos, por lucir un armonioso cuerpo y deslumbrar con voluminosos bíceps o bien torneados gemelos lo hiciéramos por mejorar nuestra mente, el intelecto, nuestra sensibilidad...
Si nos dejáramos de frases huecas donde repetimos día a día lo que nosotros mismos no creemos...
Si buscáramos congruencias entre nuestros actos y pensamiento...
Si la apariencia exterior y el tener no fueran más importantes que mantener un alma sana y generosa, y ser mas allá del poseer...
...Entonces seguramente no tendríamos que temer de nosotros mismos de nuestra ambición desmedida, ni desgastarnos en vanas competencias, dando pie a la corrupción, a la mezquindad, a la falta de lealtad.
Si pudiéramos encontrar en nuestra especie humana la confianza, la unión, la paz, la fe, habríamos vencido a nuestros peores enemigos, nosotros mismos.
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